lunes, 16 de agosto de 2021

HACIENDA LA SOLANA

 La hacienda La Solana, tantas veces relacionada con nuestro apellido, tuvo su inicio en la composición de tierra y compra en remate público “a su Magestad”, por don Gaspar Ate de Bonilla, indio principal natural de la ciudad de Cuenca y vecino de esta provincia, “por el precio y quantía de cincuenta pesos”, el 22 de octubre de 1681[i]. La llamó San Antonio de la Solana[ii] y la extensión era de 3 leguas de longitud y 2 leguas de ancho de ancho “más o menos”. Unas 18,000 hectáreas, aunque 100 años más tarde, en medio de un litigio por linderos con los dueños de Jaguay Negro, se aseguró que el ancho era de 3 leguas y no de dos, como se creía. A la muerte de don Gaspar Ate de Bonilla falleció alrededor de 1704 (su esposa doña María Josefa de Haro, ya viuda y albacea y tenedora de bienes de don Gaspar, el 3 de noviembre de 1704 recibe 1628 pesos de liquidación de herencia y gananciales) y la hacienda fue dividida en cuatro partes, una para la segunda esposa doña María Josefa de Haro y las otras tres para los nietos, hijos de doña Clara Ate Bonilla, su hija con su primera esposa María Pascuala: doña Rosa Ate de Bonilla y su esposo don Carlos Guajala; Gaspar de bonilla; y Sebastián Alvarado. El sargento don Lucas Baldés de Montenegro y Cajas  compra a cada uno de los herederos de don Gaspar Ate de Bonilla, primero le compra su parte a doña María Josefa de Haro el 30 de noviembre de 1706; luego el 23 de febrero de 1709 le compra a Gaspar de Bonilla, “indio del sitio de Macará”, su parte a la que le habían dado el nombre de Francisco Solano de la Solana¸ pagando 275 pesos de ocho reales[iii]; finalmente el 5 de mayo de 1710, le compra  a don Carlos Guajala, “indio de Loja” y a doña Rosa Ate de Bonilla, su legítima mujer, nieta de don Gaspar Ate de Bonilla, la parte que habían nombrado Monte Grande y la parte que le tocó a don Sebastián de Alvarado la misma que le fue transferida a doña Rosa el 23 de setiembre de 1707 por doña Josefa del Castillo viuda del indicado don Sebastián,  por lo que pagó 600 pesos de ocho reales. Con esta última adquisición don Lucas Badés de Montenegro y Cajas se convierte en el único propietario de la hacienda. heredero único de don Lucas, don Francisco Baldés de Montenegro, al fallecer éste, alrededor de 1791, las tierras pasaron a sus herederos: Mariana, Manuel, María y Petronila Baldés de Montenegro. La parte de doña Mariana Baldés, difunta ya, la heredaron su esposo don Manuel Ramírez de Arellano y sus hijos Francisco, Ignacio, Calisto, María y Clara. La parte de don Manuel, la heredó el por si mismo. La parte de doña María, por si misma con su esposo don Francisco Acosta y de Torre. La parte de doña Petronila, por si misma con su esposo Manuel de la Besada. Al fallecer don Francisco Ramírez en 1805, su parte correspondiente pasa a doña Narcisa Duarte y Ramírez y a sus menores hijos, Vicenta y José Hermenegildo. Doña Clara Ramírez y su esposo Alejandro Rebolledo, vende su parte a don Juan Bayeto. En 1830 ya aparecen como accionistas Los descendientes de María Baldés (con Francisco Acosta); Rita y Felipa Acosta, así como Mercedes Duarte Acosta, hija de Felipa Acosta y Bernabé Duarte y Ramírez, Isidro Cortés, Juana Besada y Felipa Acosta conducen la hacienda la Solana. Los tres primeros vendieron sus acciones a Francisco Javier Fernández de Paredes en 1830. Posteriormente Benjamín Franco compró la acción de Felipa Acosta a través de su heredera Mercedes Duarte Acosta. 



[i] Pág. 240 de “Autos de Matías García con don Francisco Valdés  sobre linderos de la hacienda Jagueynegro con la de La Solana”- Corregimiento año 1775

[ii] Pág. 117

[iii] Pag. 89